lunes, 25 de enero de 2010

Aprendiendo de la muerte, el gran reto del ser humano

Hablar de la muerte y pensar en la muerte siempre ha sido complejo, ya que es algo de lo que nunca sabremos si estamos en lo cierto. La única forma de la que podemos hablar de la muerte es en contraposición o tomando de partida la vida. Para muchos filósofos la muerte ha sido su asignatura pendiente. Éstas son algunas de las visiones que podemos encontrar:

PLATÓN: Platón considera que filosofar es prepararse para morir, pero prepararse para morir no es otra cosa que pensar en la vida(mortal en que vivimos. El saber que vas a morir es lo que hace que tu vida sea única e irrepetible. Todos las tareas y empeños que hacemos o ponemos en nuestra vida lo utilizamos para resistir ante la muerte. Es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno.

CRISTIANISMO: Al contrario que las leyendas más antiguas que intentaban explicar la inevitabilidad de la muerte, el cristianismo promete una existencia más feliz y luminosa que la vida terrenal para quienes hayan cumplido los preceptos de Dios, si no se cumplen se tendrá una existencia de refinadas torturas. Lo que quiere decir que si cumples las leyes establecidas por Dios tendrás una existencia (que no es vida porque no estamos hablando de otro mundo material) feliz y tranquila, pero si en la vida no haces caso a esas leyes y no te mereces ese acceso a la vida feliz, tu existencia será una amargura constante.

EPICURO: Este sabio con su obra Carta a Meneceo, trata de convencernos de que no hay que tenerle miedo a la muerte si reflexionamos sobre ella. Epicuro afirma que los verdugos y horrores infernales no son mas que fábulas que no deben asustarnos a la hora de pensar en la muerte ya que nunca vamos a coexistir con la muerte, si estamos nosotros no puede estar la muerte y al contrario. Es decir según Epicuro nos morimos, pero nunca estamos muertos. Lo temible sería si coexistiésemos con la muerte y quedarse de algún modo presente, pero sabiendo que uno ya se ha ido del todo.

LUCRECIO: Lucrecio planteaba que si habíamos estado tanto tiempo sin ser (antes de nacer), si volviésemos al mismo sitio (si existe) del que partimos. Esto lo constató con unos versos inolvidables:

Mira también los siglos infinitos

que han precedido a nuestro nacimiento

y nada son parar la vida nuestra.

Naturaleza en ellos nos ofrece

como un espejo del futuro tiempo,

por último, después de nuestra muerte.

¿Hay algo aquí de horrible y enfadoso?

¿No es más seguro que un profundo sueño?

Preocuparse por los años y los siglos en que ya no estaremos entre los vivos es como preocuparse por los años que han precedido nuestro nacimiento. Ni antes nos dolió, ni después nos dolerá. Deberíamos reflexionar más acerca del nacimiento que tiene igual relevancia que el asombroso hecho de la muerte.

Por último diremos refiriéndonos a la postura del cristianismo, que por ejemplo Nietzsche en "Así habló Zaratustra" nos revela una visión de la muerte muy contrapuesta al cristianismo pero que a su vez coincide con la postura de Lucrecio. Nietzsche nos habla de que pensar que hay algo más allá de la propia muerte y desearlo, es lo mismo que despreciar la propia vida y en consecuencia la propia existencia. Llama a las personas creyentes "despreciadores del cuerpo". Como buen ateo no cree en el alma como tal, y hace una continua alusión al cuerpo mortal, poniendolo en un nivel superior.

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